domingo, 30 de noviembre de 2008

Crónica ACB: Demasiado TAU para un Pamesa en construcción (73-91)

Se esperaba con ganas en Valencia el duelo entre Pamesa y TAU ya que, tras las últimas victorias de los azulejeros, el conjunto de Ivanovic podía servir como calibrador del verdadero nivel del conjunto anfitrión. Tal vez por eso -o porque el TAU es mucho TAU y defiende al límite-, Pamesa saltó al parqué sobreexcitado, perdiendo demasiados balones, cortocircuitado en la creación ofensiva y sin ver con claridad el aro vasco. El 0-5 que inflingió Rakocevic en los primeros compases se pudo compensar rápidamente (6-5) tras una innecesaria antideportiva de McDonald, pero a partir de ahí, Prigioni, Splitter y el propio Rakocevic comandaron con mano firme a un conjunto que alcanzó los 15 de diferencia en varias fases de un primer cuarto en el que debutó Nielsen.

El inicio del segundo cuarto fue esperanzador para los taronja; las rotaciones no sentaron bien al TAU y Pamesa, con más acierto ofensivo y oficio defensivo, pudo aproximarse a Baskonia, del que sólo tiraba Teletovic (30-37, min. 17). Pese a todo -incluido el arbitraje-, volvía a haber partido. Un triple de Williams y un posterior mate de Claver (35-37, min. 19) hicieron estallar al pabellón que, tras ver el encuentro perdido, volvía a creer en su equipo. El espíritu era el “Yes, we can” que rezaba -al más puro estilo Obama- una de las pancartas colgadas en el Fondo del pabellón. Pese a las dos canastas del TAU en el tramo final del cuarto (35-41), el partido estaba abierto.

El tercer cuarto comenzó de forma original; antes de sacar de banda, el TAU dispuso de dos tiros libres fruto de una técnica que se le señaló a Oliver camino del vestuario. Esa situación le concedió cierta inercia al TAU, que en sólo minuto y medio ya había vuelto a destacarse ampliamente en el marcador (35-46, min. 22), tirando por tierra, en un abrir y cerrar de ojos, buena parte del esfuerzo taronja en el segundo cuarto. Al Pamesa le tocaba volver a remar contracorriente. Los de Spahija no bajaron los brazos y siguieron intentándolo, desarrollando un soberano esfuerzo que, sin embargo, no obtuvo recompensa. El juego exterior de Rakocevic (22 puntos en ese momento) y el interior de Splitter (16 hasta entonces) eran una losa demasiado pesada. Todavía quedaban trece minutos, pero la sensación de derrota era evidente (48-61, min. 27).

Inició Pamesa el periodo final con trece puntos de desventaja (53-66) y con la firme decisión de hacer un último intento por disputar el partido. La medida adoptada fue presionar sobre Prigioni (lo hacía Oliver) y Vidal (responsabilidad de Claver o Douglas, según los casos) en toda la pista. El intento dio tímidos resultados en las primeras jugadas, pero se diluyó rápidamente, tanto como las opciones azulejeras en el encuentro. Dos buenos ataques hacían rebajar los diez puntos de desventaja y creer en el milagro, pero la ilusión duraba poco; los de Ivanovic, sin dejarla florecer, la martilleaban una vez tras otra. Los vascos, muy sólidos y con innecesarias ayudas arbitrales, se llevaron cómodamente y con la mayor ventaja del partido, dieciocho puntos, un encuentro en el que demostraron que con jugadores como Rako, Tiago, Mickeal o Teletovic, todavía son demasiado rival para Pamesa. El proyecto Spahija está en construcción y necesita un poco de tiempo.


Ficha Técnica

Fuente de San Luis (Valencia). 8.000 espectadores

Parciales: 12-27 / 23-14 / 18-25 / 20-25

Pamesa Valencia (73): Williams (12), Douglas (14), Claver (10), Miralles (5), Perovic (10) -quinteto inicial-, Martínez (7), Avdalovic (0), Oliver (5), Pietrus (2), Kuqo (4), Nielsen (4). Eliminado: Nielsen

Tau Cerámica (91): Prigioni (3), Rakocevic (22), Mickeal (16), McDonald (0), Splitter (20) -quinteto inicial- Vidal (9), Eslava (0), Teletovic (19), San Emeterio (-), Shakur (2), Barac (0). Sin eliminados

Árbitros: Arteaga, Araña y Martínez Díez

miércoles, 26 de noviembre de 2008

EuroCup: Un tedioso Pamesa se estrena con victoria (83-58)

Pese a que fuera día de estreno en la EuroCup, la noche era propicia para quedarse en casa: mucho frío (dentro y fuera del pabellón), partido televisado por el canal autonómico, Champions League, y un rival sin demasiado nombre, no aconsejaban desplazarse hasta la Fuente de San Luis. Sin embargo, el efecto Spahija, las dos victorias consecutivas frente a Madrid y Cajasol, así como la ilusión en una nueva competición, hizo que cinco mil valientes dieran un aspecto acogedor a las gradas de la Fonteta. Creo que la mayoría se arrepintieron.

El partido fue malo, muy malo, y en alguna fase -por ejemplo en el primer cuarto- fue malérrimo. Ah, que no puede decirse “malérrimo”; entonces diré que fue pésimo, horrible, desquiciante. Casi tanto como el aficionado que, megáfono en mano, sacia sus ansias de protagonismo proclamando cada varios minutos: “Arriba el Pamesa, arriba el Pamesa, con el entrenador que tiene, ya tiene las pilas puestas. Alabín, Alabán, el Pamesa y nadie más”. Lo dicho. Para verlo por televisión.

Si hablamos del juego, Pamesa tardó quince minutos en entrar en el partido. Hasta entonces permitió que un rival con mucho futuro (Milutinovic tiene acné juvenil, y no es el único) pero poco presente, le tuteara de forma innecesaria. Sólo Perovic (8 puntos y 15 de valoración en el primer cuarto) mantuvo a los taronja en el encuentro y el electrónico. En los visitantes era Dragan Labovic quien tiraba del carro. Sin embargo, y pese a la igualdad, el partido ni siquiera era emocionante. El momento más vibrante -y prometo que no me gusta que así sea- se vivió cuando Williams y Lazic, como si de Rocky y Drago se tratara, se enzarzaron a puñetazos camino del vestuario. La última jugada del primer tiempo tuvo la culpa. Una técnica por cabeza y asunto terminado.

La reaunudación no fue mucho mejor, y aunque los azulejeros, de forma paulatina, fueron marcando las lógicas distancias en el marcador, no rompieron el partido de forma definitiva hasta los últimos minutos. El tedio seguía apoderándose de los sufridos espectadores y únicamente alguna jugada puntual los hacía desperezarse.

En resumen, victoria sin historia, sin estridencias, sin emoción y, eso sí, sin lesiones ni mayores problemas. El domingo vuelve lo serio. Llega el TAU.


Pamesa Valencia (83): Williams (11), Douglas (4), Claver (6), Miralles (4), Perovic (16) -quinteto inicial-, Martínez (12), Avdalovic (5), Oliver (8), Pietrus (6), Kuqo (13). Eliminado: Pietrus

FMP Zeleznik (58): Covic (9), Ilic (2), Musli (5), Pniny (5), Milutinovic (0) -quinteto inicial- Labovic (20), Markovic (2), Lazic (0), Raduljica (0), Protic (2), Samardziski (11), Jeremic (2). Eliminado: Ilic.

Árbitros: Jersan (Slo), Lopes (Por) y Bissang (Fra)

Fuente de San Luis (Valencia). 4.800 espectadores

Parciales: 14-12 / 22-15 / 18-16 / 29-13

jueves, 20 de noviembre de 2008

El nuevo Pamesa vence a un grande en horas bajas (82-66)

Lo apuntó en Málaga y se ha confirmado esta noche en la Fonteta: Spahija, en tan sólo 10 días, ha cambiado al Pamesa. El giro no ha sido de 180 grados -tampoco era necesario- pero sí de la suficiente magnitud como para que, en Valencia, el futuro baloncestístico se vea de otra manera. Con sólo dos dosis de medicamento croata, el público -que poblaba de manera más abundante de lo habitual las gradas- revivió y vibró como no lo hacía desde la época de Montecchia, Oberto y Tomasevic.

Pamesa, que sigue defendiendo con la misma o mayor intensidad, ha cambiado, básicamente, en su forma de afrontar el ataque. Ahora mira el aro mucho más de cerca, juega más con los pivots -se vuelca en ellos- y, sobre todo, trata de equilibrar su juego interior-exterior, situación que no se producía con Fotis. Lógicamente, no siempre se aplican las recetas de Spahija y todavía hay momentos en que la tentación del triple fácil inflama las mentes de los valencianos -sobre todo la de Douglas-, pero todo lo dicho se resume en que de los 25 puntos que anotaron los azulejeros en el primer cuarto, 18 provenían del poker interior: Claver, Miralles, Kuqo y Perovic. La novedad es más que evidente.

Por su parte, el Madrid vagó durante muchos minutos de la primera parte por el parqué sin encontrar un ritmo que le conviniera. Sólo la aparición de Hosley -en el primer cuarto- y la de Llull -en el segundo- animó un poco el ataque blanco, demasiado previsible para la infatigable zaga taronja. De hecho, en algunas fases del segundo cuarto los madridistas, sin Sánchez ni Papadopoulos, fueron 15 puntos abajo, desventaja que mitigaron a base de tiros libres al borde del descanso (44-35).

El inicio del tercer cuarto fue de muchos errores e imprecisiones por parte de ambos conjuntos, pero también del trío arbitral. En casi 5 minutos el parcial era un pírrico 4-4 y tanto el público como los propios jugadores estaban soliviantados con los colegiados. Pamesa comenzó a errar cerca del aro y buscó, de nuevo, el recurso del triple; no funcionó. El Madrid, una sombra de sí mismo, no conseguía remontar y sobrevivía a base de escasas jugadas de calidad de Felipe Reyes. Esa dinámica varió en el tramo final del cuarto: los de Plaza, muy tocados (el rictus de Alberto Herreros era un poema) seguían sin encontrar el camino; Pamesa con dos triples de Douglas y otro de Williams y la técnica sancionada a Massey dieron un acelerón casi definitivo (67-46). En ese momento, la valoración de Pamesa era 80 (con 5 jugadores por encima de los diez puntos); la del Real Madrid, 37 (y sólo con Hervelle en diez puntos).

El último cuarto no tuvo historia. Pamesa, cada vez más convencido de su victoria, no hizo más que mantener su distancia –matizada en los dos últimos minutos- ante un Real Madrid que vagaba como alma en pena por la Fuente de San Luis y que sólo cuando ya estaba decidido el partido maquilló el resultado. En resumen, Pamesa es otro; el Madrid, el de toda la temporada. Y, lo siento, pero creo que Fotis ha reservado un asiento para Plaza. Tiempo al tiempo.

Ficha Técnica

Fuente de San Luis (Valencia). 8.000 espectadores

Parciales: 25-16 / 19-19 / 23-11 / 15-20

Pamesa Valencia (82): Williams (17), Martínez (1), Claver (8), Miralles (14), Perovic (15) -quinteto inicial-, Douglas (12), Avdalovic (0), Oliver (11), Pietrus (0), Kuqo (4). Sin eliminados

Real Madrid (66): López (3), Bullock (13), Mumbrú (9), Hamilton (5), Reyes (12) -quinteto inicial- Massey (6), Hosley (6), Hervelle (5), Tomas (0), Llull (7), Papadopoulos (-). Sin eliminados

Árbitros: Martín Bertrán, Redondo y Munar

viernes, 7 de noviembre de 2008

Un Pamesa bipolar vence a un flojo Granada (83-66)

Tras la destitución de Katsikaris, existía curiosidad entre la afición valenciana por saber cómo iban a responder los jugadores que hoy dirigía Mulero. Este partido de interregno -entre la salida de Fotis y la llegada de Spahija- sólo podía servir para ver si la actitud de la plantilla de Pamesa variaba respecto a la exhibida en los últimos encuentros. Y lo cierto es que sí varió, al menos de inicio.

Los primeros minutos fueron de una intensidad defensiva tal, que los taronja, sin alardes ofensivos, marcaron rápidas distancias (12-1, min. 4), dejando bien claro a Granada quien mandaba en la pista. El equipo, por momentos, pareció otro: constantes dos contra uno; mucha presión sobre la línea de pase; dura pelea por el rebote… Sin embargo, tras el inicial arreón azulejero, el encuentro entró en una fase anodina de múltiples cambios -Mulero usó diez jugadores en el primer cuarto- y de constantes errores por uno y otro bando. Esta situación, acompañada de una preocupante escasez de ideas ofensivas, se prolongó no sólo durante el resto del primer cuarto (22-14, min. 10) sino también durante buena parte del segundo.

En medio del carrusel de cambios, Pamesa llegó a desconcertar a Granada y marcó una nueva máxima distancia (35-18, min. 16), pero dos triples consecutivos de los hombres de Poch devolvieron la situación al punto en que se encontraba desde el inicio (35-24, min. 17). Ni los valencianos cerraban el encuentro, ni los andaluces, un conjunto flojo y todavía más con la baja de Borchart, se aproximaban como para poner nerviosos a los espectadores de la Fonteta. Pese a ello, el 38-30 que reflejaba el electrónico al descanso hacía que todo quedara abierto para el segundo tiempo.

Pamesa saltó al parqué con los mismos hombres que habían iniciado el encuentro, pero el efecto no fue el mismo. Mientras Mulero aguantó ese quinteto, el partido estuvo nivelado y moviéndose en el entorno de los 10 puntos, hasta que una pésima selección de tiro de los azulejeros y varios aciertos encadenados del ataque granadino pusieron el marcador en sólo 4 puntos de distancia (48-44, min. 26). Para qué negarlo, entonces sí aparecieron los nervios en la Fonteta. El desastre contra el Manresa estaba muy próximo y amenazaba con repetirse. En ese tramo final del cuarto, volvió a intentarlo Pamesa, pero a cada demarraje de los de Mulero respondían de forma pausada pero certera los de Poch, que a base de ir “haciendo la goma” y mantener su peculiar ritmo de partido, se plantaron a rueda de su rival a sólo diez minutos de la cima (56-53 min. 30). Los nervios ya eran tímidos pitos.

Se conjuró Pamesa; los jugadores, conscientes de lo que estaba en juego, se animaban, se aplaudían, se motivaban; tal vez demasiado. Douglas se puso de pie en el sillín, pero Scepanovic hizo lo propio y con un triple frontal igualó el encuentro por vez primera desde el doble cero inicial (61-61, min. 34). De repente el reloj corrió hacia atrás y durante el tiempo muerto de Mulero volvimos al domingo por la mañana. Yo confesaría haber visto el espíritu de Asselin, el de Ponsarnau e incluso los de Fotis y Rogers revoloteando por la Fonteta. Tras dos pérdidas azulejeras y con 63-63, nuevo tiempo muerto, algunos pitos y más espíritus. Sin embargo, cuando peor pintaban las cosas, llegaron Perovic, Williams y Douglas para solucionar el tema. Kosta, Shammond y Rubén, “los cazafantasmas”, dirigieron un increíble parcial de 20-3 en los últimos 5 minutos para salvar a su equipo de una nueva humillación en casa y de una costosa hipoteca de cara a la Copa del Rey. Desde luego, el resultado final no refleja lo difícil que le ha resultado a Pamesa, necesitado de un psicólogo que lo ponga en su sitio, esta victoria.

Ficha Técnica

Fuente de San Luis (Valencia). 7.200 espectadores

Parciales: 22-14 / 16-16 / 18-23 / 27-13

Pamesa Valencia (83): Williams (11), Douglas (20), Claver (6), Miralles (5), Kuqo (9) -quinteto inicial-, Perovic (19), Dikoudis (-), Avdalovic (5), Oliver (5), Pietrus (0), Martínez (3). Sin eliminados

CB Granada (66): Gianella (5), Hunter (16), Scepanovic (17), Gutiérrez (9), Maric (2) -quinteto inicial- Cherry (4), Martín (0), Aguilar (10), Videnov (0), Higgins (3), Fernández (0). Eliminados: Gianella y Maric

Árbitros: Pérez Pérez, Guirao y Muñoz.

martes, 4 de noviembre de 2008

La hora de Fotis

Era 11 de octubre de 2008 y el reloj marcaba, aproximadamente, las 21 horas. Pamesa acababa de caer ampliamente derrotado en el Palau Blaugrana, y el ambiente que se vivía en las entrañas del mítico pabellón deportivo evidenciaba el disgusto de la directiva de Pamesa con su técnico y jugadores. Más allá de la pobre imagen ofrecida en pretemporada, el primer partido oficial de cierto nivel, frente a uno de los gallitos de la ACB, se había saldado con una derrota que escocía, no tanto por el resultado, como por la sensación de impotencia que se había transmitido a toda España a través de Televisión Española. Los rostros de Llorente y Rogers lo decían todo. Los de la plantilla, también. Fue en ese momento cuando me di cuenta (nos dimos cuenta los allí presentes) de que a Fotis le quedaba en el banquillo de Pamesa, exactamente, el tiempo que tardara en encadenar dos resultados negativos.

Sinceramente, pensé que lo propicio del calendario evitaría dicha situación, al menos, hasta el doble enfrentamiento ante Unicaja y Real Madrid previsto para mitad de noviembre. Me equivoqué. Incluso, llegué a valorar que, tal vez, si Perovic se acoplaba, si Claver explotaba, si Dikoudis y Douglas se despertaban, si Vule se recuperaba o si sucedía todo ello al unísono, esas dos derrotas y, con ellas, la temida destitución, no llegaran a producirse nunca. Me volví a equivocar. De hecho, la aplastante victoria frente a Estudiantes no fue más que un espejismo que ocultó, durante unos días, la cruda realidad: la de la temporada pasada, la de la pretemporada, la del último cuarto frente al Fuenla, la del Palau y, evidentemente, la de Menorca y Manresa. Y es que, al final, queramos o no, la verdad brilla, refulge y se hace patente.

Creo que Fotis es un hombre honrado y trabajador, que es buena persona. También creo que imprimió un nuevo aire a este Pamesa cuando se hizo cargo del mismo en la sexta jornada de la temporada 2006-2007. Pero, al mismo tiempo, pienso que no gestionó adecuadamente sus recursos durante la temporada pasada cuando hizo una temporada regular, demasiado regular, apabullando a los débiles e hincando la rodilla contra los grandes, y no superando los cuartos de final de ninguna de las tres competiciones en las que estuvo. Pero, sobre todo, creo que no ha estado a la altura durante lo que llevamos de esta. El problema no es el balance 3-3; el problema es la sensación de indolencia, de apatía de este conjunto que ha llegado a ser pitado en dos de los tres partidos jugados en La Fonteta. Muy probablemente, seguro, toda la responsabilidad no es suya, y los jugadores, esos jugadores que no siempre siguen sus sistemas, que se evaden de los partidos con cierta habitualidad, que no cierran el rebote frente a Manresa, que no defienden en el tramo final de los partidos contra Fuenla o Menorca, etc., comparten con él, a partes iguales, esa responsabilidad. Pero la plantilla es la que es (y no es mala) y, por eso, el responsable último, más allá del propio Llorente o de Rogers (que también ha ido por el aire) es el entrenador. Por eso, y no por otra cosa, era la hora de Katsikaris. Sinceramente, lo siento Fotis. Bon vent i bona barca.

Ahora sólo queda esperar y desear que los dirigentes de Pamesa acierten con la elección de nuevo técnico, y que sea quien sea el que venga (Martínez, Pepu, Spahija o Scariolo) saque el máximo provecho de una plantilla que necesita un nuevo guía espiritual, lo mismo que esta afición necesita de nuevos alicientes para volver a vibrar con su equipo. Así sea.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Manresa hunde la nave de Katsikaris en la Fonteta (75-82)

Sorprendió Fotis a casi todos dando inicio al partido con una dupla interior compuesta por Kuqo y Miralles (apuntalados por Claver en el tres) y, lo que es más llamativo, dándole continuidad durante todo el primer cuarto. El catalán y el albanés respondieron a la confianza de su técnico convirtiéndose en los catalizadores del ataque -por momentos variado y espectacular- de su equipo, pero las carencias en tareas defensivas (sólo cuatro faltas cometidas) impidieron que Pamesa se despegara en el marcador. Asselin -8 puntos en ese cuarto- beneficiado por los constantes bloqueos de sus compañeros, fue un constante mal sueño para Kuqo, lo que unido a la efectividad de Manresa desde el perímetro (57% en triples), dejó un primer cuarto divertido y, sobre todo, muy nivelado.

Los siguientes minutos presentaron novedades en cuanto a los protagonistas pero no en la dinámica del partido. Pamesa seguía centrado en el ataque (con Perovic y, especialmente, Williams en la tarea de engrosar el marcador) y descuidando su retaguardia. Manresa, por su parte, seguía a la suya; sin lanzar un solo tire libre en todo el cuarto (muestra de su escaso juego interior en este periodo), se marchó arriba al descanso gracias al rebote (8 más hasta ese momento) y los triples: 4 convertidos sobre 6 intentados en este cuarto, para un total de 8 sobre 13 (62%) en los primeros veinte minutos. La peor noticia para Pamesa era que no había un hombre referencia al que frenar en el perímetro; hasta seis jugadores de Ponsarnau habían anotado desde el 6´25.

El tercer cuarto sí varió lo visto hasta el momento. Ponsarnau sabía que no podía vivir sólo del triple y Fotis que no podría ganar sin meter una mayor intensidad defensiva. El partido perdió creatividad y ganó en choque, fricción y físico. Manresa se olvidó del triple y recuperó a Asselin; Pamesa convirtió a Pietrus en la sombra del dominicano. En la zona se repartía por doquier y Miralles y Alzamora (antideportiva incluida) se unieron a la fiesta. La emoción invadía la Fonteta al final del tercer cuarto.

Pero conforme avanzaba el periodo final, la emoción se convirtió en intranquilidad. Las recetas de Fotis no surtían efecto y Manresa, que dio un recital en este cuarto, se afianzaba (62-70, min. 35) al frente del electrónico. Pamesa estaba absolutamente bloqueado en ataque, sin que nadie mirara al aro; sólo jugaba Williams. A falta de 2.44, con 67-77 en el marcador y balón para Pamesa, el público sentía que el partido se había escapado y, con él, el ilusionante proyecto Katsikaris para esta temporada.
El balance de tres victorias y tres derrotas, dos de ellas consecutivas frente a Menorca y Manresa, comienza a complicar la clasificación para la Copa del Rey y dejan al técnico griego ante una comprometida situación; si no hay novedades antes, el viernes, ante Granada, tendrá su última posibilidad de redención.


Ficha Técnica

Fuente de San Luis (Valencia). 7.000 espectadores

Parciales: 22-21 / 17-20 / 20-20 / 16-21

Pamesa Valencia (75): Oliver (1), Douglas (10), Claver (7), Miralles (5), Kuqo (10) -quinteto inicial-, Perovic (9), Dikoudis (1), Avdalovic (0), Williams (23), Pietrus (4), Martínez (5). Sin eliminados

Ricoh Manresa (82): Rodríguez (11), Rubio (4), Sánchez (5), Montañez (13), Asselin (21) -quinteto inicial- Grimau (4), Bulfoni (10), Balmón (3), Alzamora (9), San Miguel (2). Sin eliminados.

Árbitros: García Ortiz, Fernández y Zafra