sábado, 24 de noviembre de 2007

Raro, raro, raro


Jornada 9 ACB: Pamesa 74 - Granada 67

Y si no les gusta la expresión que acuñara en su día el Dr. Iglesias Puga, califíquenlo, al menos, como pintoresco, pero lo cierto es que el partido que ha ganado Pamesa esta noche presenta algunas extrañezas dignas de mención.

La primera peculiaridad se debe a la tan traída y llevada cuestión de disputarse el encuentro en viernes, circunstancia que, a falta de los datos de audiencia televisiva, ha generado más adhesiones que disensos. La asistencia (7.000 almas) ha sido la más elevada del curso 07-08, y ello pese a que el rival no era de los de alta alcurnia.

También resulta anómalo que Pamesa haya tardado 4 minutos y 36 segundos en anotar su primer punto, así como que la primera canasta en juego de los valencianos -un triple de House-, haya llegado a 3´32 de la bocina que marcaba el final del primer cuarto. ¿El motivo? La férrea defensa granadina y, sobre todo, la escasa circulación de balón en ataque, donde las posiciones eran excesivamente estáticas, y la selección de tiro francamente mejorable.

Parte de los males provenían de otro hecho extraordinario: hasta ese momento no había entrado en pista Williams, el alma mater de este equipo, quien dolorido en su tobillo, ha carecido de su descaro y alegría habituales, convirtiéndose hoy en un secundario de lujo.

Podría calificarse de anormal que Pamesa haya ido hasta en 22 ocasiones a la línea de tiro libre (el promedio hasta la fecha era de 16.5), así como que haya tirado más veces de 3 (30), que de dos (29), pero visto el porcentaje de acierto en lanzamientos de dos (un pobre 45%), la elección no ha sido del todo mala.

Verdaderamente inaudito ha sido el numero de escapismo, al más puro estilo de El Gran Houdini, protagonizado por Rebraca. Su no reincorporación al banquillo valenciano tras el descanso ha generado, cuanto menos entre la prensa, un alud de rumores sobre lo que podía sucederle al serbio, que, afortunadamente, no era nada de importancia.

Inesperada ha sido también la contundente reacción de los hombres de Valdeolmillos en el tramo final del encuentro, respuesta achacable a la relajación defensiva taronja, y que, pese a la victoria, ha enfadado enormemente al perfeccionista técnico griego, que quiere continuidad y actitud constante en el juego de sus hombres.

Con esta victoria, y velando armas para intentar el asalto al Palau Blaugrana, Pamesa cierra noviembre en la ACB con un interesante balance 6-3 –lástima el tropiezo en Fuenlabrada-, y con la sensación de que, pese a las lesiones, si se sigue jugando y, sobre todo, defendiendo así, lo raro, raro, sería que no estuviéramos en Vitoria.

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