domingo, 30 de diciembre de 2007

Beber para olvidar


Jornada 15 ACB: Pamesa 88 - Cajasol 79

Cajasol se ha presentado en la matinal de la Fonteta somnoliento y resacoso de su inapelable derrota -viernes noche- frente a Tau; de hecho, cuando todavía estaban los sevillanos desperezándose y con la legaña puesta, el electrónico ya les situaba dos decenas de puntos abajo. Su defensa, tierna como el pan de molde, no conseguía frenar las acometidas de Pamesa que, jugando en equipo y sin estridencias, había roto el partido antes del descanso.

A esas alturas, los aficionados del San Pablo -de rebujito en rebujito- constataban que cualquier tiempo pasado fue mejor, y que ni tan siquiera Magnano -otro que debería beber para olvidar-, por muy campeón olímpico que sea, les saca de ésta. ¡Si San Fernando levantara la cabeza...!

Mientras, en Valencia se saboreaba otra Copa, la de Vitoria, que en ese momento del encuentro se daba por hecha; tanto es así que Fotis, en una imagen inédita en lo que llevamos de temporada, juntó a los cuatro españoles de su plantilla a disfrutarla sobre el parqué. Y el experimento, redondeado con Garcés o con Barac según el momento, funcionó convenientemente. Por su parte, los tres de Koeman -sí, sí, Cañete, Angulo y Albelda, los tres-, convenientemente desperdigados por la zona VIP, aplaudían el recital; otra copa para ellos! Tienen tanto que olvidar...

Pero tras la pausa -o mejor, tras la antideportiva de Williams- todo cambió. Los efectos del alcohol se modificaron, y tras la excitación inicial, llegó la modorra. La noche -digo, el encuentro- se le hizo muy largo a Pamesa, que comenzó a deambular sin rumbo; especialmente significativo fue el último cuarto, en el que regaló 9 balones en forma de pérdidas -para un total de 19-, y en el que posibilitó que el rival capturara hasta 7 rebotes ofensivos -17 totales-, con las consecuentes nuevas opciones de tiro.

Esa injustificable falta de actitud y, sobre todo, de concentración -que hubiera sido letal frente a un rival de más empaque- hizo que Cajasol, herido de muerte un rato antes, tuviera posibilidades de llevarse el partido. El encuentro estaba espeso, denso -casi tanto como la pelambrera que decora los brazos de Alzuria-, pero otra vez apareció el talento; esta vez fue Douglas -12 puntos, 8 de ellos consecutivos, en el último cuarto- quien portó la antorcha e iluminó a sus compañeros camino de la Décima; uff, parezco el Marca!!!

Con todo, el primer objetivo de la temporada está virtualmente conseguido, pero la Copa, el alcohol, no nos puede hacer olvidar las carencias que, partido tras partido, vienen presentado los taronja. Hay que afrontar la realidad: DKV, Tau, Unicaja, etc. nos esperan a la vuelta de la esquina. Pero eso será el año que viene. ¡Feliz 2008 a todos! Hip!

Nota: La imagen "ojito con el rebujito" está sacada del blog de Nacho Gallego

viernes, 28 de diciembre de 2007

No es lo mismo


Jornada 14 ACB: Pamesa 73 - Murcia 67

Aunque muchos no pensarán como yo -el primero, Fotis- el partido de hoy no lo ha ganado Pamesa, lo ha perdido Murcia. Es cierto que, a efectos prácticos, la sutil diferencia puede parecer una nimiedad, pero yo no lo veo así; para mí es diferente que tu equipo gane haciendo bien las cosas, o que, haciéndolas mal, los errores del rival te lleven a la victoria. No es lo mismo. Y hoy, desde mi humilde punto de vista, ha sucedido lo segundo.

Las huestes de Hussein han llevado a cabo, desde los albores del encuentro, el juego que querían: un baloncesto físico y con constantes cambios defensivos que ha incomodado y desorientado a Pamesa, cuyo ataque nunca ha sido fluido. De hecho, Garcés -que fue titular, jugó 7 minutos y no apareció más- se ha ido de vacío; Douglas -4 paupérrimos puntos en 30 minutos-, no anotó hasta el tercer cuarto; Williams se fue al descanso con 2 puntos en su haber; y podría seguir poniendo ejemplos.

Así las cosas, los de casa han estado durante muchos minutos a merced del rival, que pudo haber abierto brecha e incluso haber sentenciado a Pamesa en la primera parte. ¿Por qué no lo hizo? Porque le faltó una cosa: acierto en el lanzamiento. Es evidente que Pamesa suele defender bien, y que dicha falta de acierto podría atribuirse a sus propios méritos defensivos, pero ésa no ha sido la clave. Polaris World ha sido capaz de crear jugadas que posibilitaran a sus hombres tiros cómodos, librados, y que, sin embargo, no han encontrado recompensa. Y eso no es mérito del defensor, sino demérito del atacante. Lo que estoy contando no se refleja en las estadísticas (5 de 25 en triples), donde el tiro fallado lo es, independientemente de si se hizo con cuatro manos encima o sin oposición alguna, pero les aseguro que fue como lo relato.

Sin embargo, Pamesa sí encontró el acierto cuando más lo necesitaba. Fue, como no, una vez más Williams -17 puntos en la segunda parte- quien tiró de galones, y bien escoltado por la sangre fría de Oliver y la electricidad de Claver, sacó al equipo del atolladero y le llevó a su novena victoria. Supongo que el acierto en el tiro, el talento, al igual que el gol en el fútbol, se paga, y parece que Pamesa tenía más raciones que Murcia; pero no olvidemos que otros -y así nos ha ido contra ellos- tienen buffet libre de talento.

En resumen, nueva victoria -otra más en casa-, y la Copa a un solo paso, pero, desde mi perspectiva, transitando por el erróneo camino de las individualidades. Es verdad que toda piedra hace pared, que lo importante es la victoria, y que todo suma a la hora de llegar al objetivo, pero deberíamos plantearnos si el objetivo es estar en Vitoria, o hacer algo grande una vez allí. Y si lo primero parece estar al alcance, lo segundo no tanto. Y es que, como dice la canción, no es lo mismo ser que estar, no es lo mismo estar que quedarse, ¡que va!, tampoco quedarse es igual que parar, no es lo mismo.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Adios, muchachos


Lamentablemente todo tiene un final y, como no podía ser de otra forma, la carrera deportiva de Zeljko Rebraca, también. Sin embargo, cuando Pamesa decidió el fichaje de la estrella serbia el pasado verano, nadie podía imaginar que dicho final iba a llegar aquí y ahora. En todo caso, dadas las circunstancias, creo que la decisión de su retirada es la mejor de las salidas, y lo es no sólo para el jugador, sino también para el club valenciano.

Es lo mejor para el jugador, un ganador nato que no podía despedirse del baloncesto arrastrándose por los banquillos de la ACB; un hombre que, entre otras cosas, atesora dos Euroligas -siendo MVP en una de ellas-, ha sido Campeón del Mundo, y ha jugado en la NBA, no merecería un final tan triste. Además, y orgullo al margen, tampoco puede poner en riesgo su mermada salud, ni permitir que Pamesa le corte por bajo rendimiento, ni, mucho menos, consentir que personajillos como Shirley labraran fama a su costa.

También es la salida ideal para Pamesa, porque siendo el jugador quien decide irse, el club consigue lo que más le interesa: por un lado, prescindir de un jugador que no rinde y, sin embargo, supone una sangría económica, y por otro, evitarse la desagradable tarea de cortar a todo un mito -aunque venido a menos desde que abandonó Europa- como Rebraca.

La rueda de prensa del pasado lunes 17 fue una perfecta escenografía, en la que Rebraca quedó como un verdadero caballero, y Pamesa como el club que le dio la última oportunidad, que supo esperarle, y que le acompañó en el doloroso momento del adiós. Tampoco es mala publicidad para Pamesa, ¿no les parece?

El estrambote, el pequeño pero sentido homenaje en el partido de ULEB contra el Nancy. Podía haber sido en otro partido, contra otra rival, con más público, pero las cosas vienen como vienen. Para Rebraca fue emotivo, y aunque me consta que no habla castellano, en sus labios creí escuchar adiós, muchachos / ya me voy y me resigno / contra el destino nadie la talla / se terminaron para mí todas las farras / mi cuerpo enfermo no resiste más. Hasta siempre, Zeljko.

A contrapelo


Jornada 7 ULEB: Pamesa 93 - Nancy 92

Cuestiones como la victoria aplastante contra León, la inadecuada climatización del pabellón, la retirada de Rebraca, o el partidazo del próximo domingo en La Casilla, han acaparado la atención informativa de Pamesa durante los últimos días. Todo, menos el partido ULEB contra Nancy, que parecía presentarse por sorpresa y a contrapelo.

Pero aunque nadie hablara de ello, a contramano o no, el encuentro estaba ahí, había que jugarlo y ganarlo, y, sin embargo, a Pamesa estuvo a punto de atragantársele. Los franceses, equipo físico donde los haya, ya habían puesto a Pamesa contra las cuerdas en el partido de ida, y esta noche han estado próximos a noquearlo. ¿Por qué? Para mí, la causa sólo es imputable a los de casa, y se explica desde dos aspectos diferentes pero intrínsecamente vinculados: la falta de concentración y el exceso de relajación.

La insuficiente concentración se ha evidenciado, por ejemplo, en las lentas transiciones defensivas, en permitir a los franceses demasiados contraataques tras canasta propia, en no romper el partido en los momentos que hubo oportunidad para ello, y en la falta de colocación en el rebote.

En cuanto a la relajación, que se produjo sobre todo en defensa, se hace patente en el hecho de que Pamesa encajara 92 puntos –cifra que está muy por encima de la media de esta temporada-, y en que concediera –y esto no es permisible ni en categorías inferiores- hasta siete jugadas de canasta más tiro adicional.

Pese a ello, jugando a ráfagas, la victoria, una más, se quedó en casa. Sucedió así no sólo porque Pamesa tenga más calidad -que la tiene-, sino también porque tuvo cierta dosis de suerte y, sobre todo, porque contó con la inspiración del desatascador Williams. Sin la clarividencia del americano, que se marcó un partidazo colosal y se convirtió en el verdadero baluarte del triunfo, otro gallo -francés- hubiera cantado.

Tras esta sufrida y ejemplificadora victoria, descanso navideño para la ULEB -con el Pamesa como colíder- y, ahora sí, a pensar en Bilbao, desde donde física y materialmente, Vitoria está muy cerca. Feliz Navidad a todos!

Nota: La foto es obra Xavi Soria para Nostresport.com

domingo, 16 de diciembre de 2007

El banquillo


Jorn 12 ACB: Pamesa 96 - León 74

Rival asequible, victoria cómoda y frío, mucho frío en la matinal de domingo en la Fonteta. Si no fuera por esto último -de lo que Fotis, con buen criterio a mi entender, ya dejó recadito en la rueda de prensa-, podríamos pensar que nada diferente de aquello a lo que estamos acostumbrados. Sin embargo, la realidad no es así, novedad la hubo, y la de hoy surgió desde el banquillo.

Y no, no es que al frente del banquillo estuviera una persona distinta a la habitual, sino que la presencia y la aportación de los hombres que salieron desde él, fue de mayor importancia que en encuentros precedentes. Para que se hagan una idea, los titulares aportaron 52 puntos, mientras que los suplentes hicieron la nada despreciable cifra de 44. Además, el quinteto titular (Williams, Douglas, Timinskas, Milojevic y Miralles) disputó menos minutos (96), que sus respectivos suplentes (Oliver, Urtasun, Claver, Garcés y Barac) que alcanzaron 99; los 4 escasos minutos restantes fueron para Avramov, quien en un partido como el de hoy -y esto lo apunto en el debe de Fotis- merecía más minutos y, sobre todo, en su verdadera posición, la de base.

El panorama descrito propició que la faceta anotadora y estadística de Pamesa estuviera más repartida, sin que un solo hombre, como venía sucediendo últimamente, asumiera todo el liderazgo del juego. Así, hasta seis jugadores taronja (3 titulares y 3 suplentes) consiguieron anotar más de 10 puntos y superar, igualmente, un 10 en su valoración final. Además, en ese deseado y conveniente acercamiento al equilibrio interior-exterior, 3 de esos hombres-diez eran de perímetro, mientras que los otros tres viven en la zona.

No obstante, dentro de ese trabajo coral o colegiado que hemos reseñado, hay que hacer referencia a tres nombres propios. Garcés, que volvía tras más de dos meses de ausencia, y que, pese a seguir fallando tiros libres, puede ser interesante en las rotaciones, y aportar rebotes y algunos puntos; Oliver, que no acababa de encontrar su sitio esta temporada, y que hoy ha cuajado un excelente encuentro con 14 puntos, 8 asistencias, y la mejor valoración del partido, 21; y Urtasun, que hoy ha gozado de más minutos (21) que en las 11 jornadas precedentes juntas, ha anotado sus primeros cinco puntos, y ha sido premiado por el público tras una excelente jugada defensiva ante Bulfoni, el mejor -por no decir el único- de los castellanos.

En el aspecto negativo hacer hincapié en la nueva ausencia de Rebraca -lo suyo, como el futuro de Munar en el arbitraje ACB, tiene muy mala pinta-, el nuevo unplugged -y vaya que lo siento- de Claver en los partidos de casa, y la zona horribilis con la que ha intentado -porque no lo ha conseguido- defender Pamesa en algunos de los muchos minutos de la basura que ha tenido este partido.

La próxima jornada se visita Bilbao, y el partido -en el que Timinskas podría hacer su minuto 3000 en ACB- tiene valor triple. Esa victoria en el difícil pabellón de La Casilla, que sería la novena de la temporada, supondría volver a ganar fuera de casa y la dosis extra de confianza que ello conlleva, garantizar la Copa, y desbancar a los anfitriones de la cuarta plaza de la clasificación. El botín merece la pena, ¿no les parece?

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Clase media



Siendo cierto que Pamesa está cumpliendo un digno papel en lo que llevamos de temporada, me queda la sensación de encontrarme ante un equipo que habita en la clase media (media-alta si se quiere) de nuestro baloncesto. Puede que ante esta afirmación algunos me tachen de agorero y se lleven las manos a la cabeza, pero ahí van mis argumentos.

Es verdad que el equipo está invicto en casa, pero los de Fotis se han enfrentado a rivales inferiores (Manresa, Canarias, Granada y Menorca) o en horas bajas (Málaga). La verdadera fuerza de este equipo en su propio feudo no puede ni debe medirse hasta que no lleguen a la Fonteta rivales de alta alcurnia, siendo el Tau -12 de enero- el primero que presentará sus credenciales.

Por el contrario, Pamesa no está rindiendo a domicilio, siendo únicamente capaz de profanar pabellones propicios como el Pisuerga de Valladolid, o el Madrid Arena del irreconocible colista Estudiantes. Las visitas a rivales de cierta enjundia (Madrid, Girona y Barça) se han saldado con derrota y, además, el Fernando Martín de Fuenlabrada fue, contra pronóstico, testigo de la derrota más inesperada de lo que llevamos de temporada.

La línea trazada en ACB -prácticamente idéntica a la de la ULEB-, no ofrece dudas: Pamesa -salvo en Fuenlabrada- solventa con cierta comodidad sus partidos contra rivales teóricamente inferiores pero, pese a tener opciones, cae derrotado frente a los de nivel presumiblemente superior. Sin desviarnos de ese camino, los taronja acabarán la primera vuelta de Liga con 10 u 11 victorias: las 7 que ya tenemos, más las de casa frente a León, Murcia y Sevilla y, tal vez, aunque se antoja complicado, la de Bilbao. Sin duda, sería bagaje suficiente para asegurarnos plaza en la Copa, pero no para ilusionarse con el papel a desarrollar en Vitoria.

También es verdad que las lesiones han castigado cruentamente a Pamesa, pero analicemos cada una de ellas. En lo que respecta al juego exterior, la ausencia de House -que no ha justificado hasta la fecha su fichaje por Pamesa-, no parece significativa, mientras la lesión de Vule sí puede computarse como un verdadero problema por todo lo que suele aportar el serbio; pese a que Williams, Douglas y Oliver están rindiendo a buen nivel en esas posiciones, no estaría de más -cortando a House, si fuera necesario-, reforzar dicha zona, tal y como pide Katsikaris. En la pintura, el posible rendimiento de Rebraca era una incógnita, y el músculo de Garcés todo sabemos lo que puede dar de sí; a cambio, llegó un prometedor Barac, y hemos visto crecer a Miralles -que se siente más protagonista-; como el panameño está presto para su incorporación, la clave pasa por conseguir que Rebraca se parezca al center que fue o, en su defecto, buscarle un sustituto de garantías que se convierta en una referencia bajo los tableros.

Junto a la búsqueda de nuevos jugadores, tarea encomendada a Rogers, ¿qué más necesita Pamesa? Básicamente, que el equipo, además de defender -que lo hace mucho, y bien- ataque de forma equilibrada, con menos triples, más juego interior, y forzando más faltas personales al rival. Para alcanzar dicho equilibrio es necesario, evidentemente, fortalecer la línea interior, pero con Miralles, Garcés, Rebraca, Barac y las ayudas de ala-pívots como Milojevic, Timinskas y Claver, puede conseguirse. Tarea para Fotis. Por último, el griego ha de conseguir que Víctor Claver, el hombre más versátil y prometedor con el que cuenta, se enganche definitivamente a la dinámica de este equipo y ofrezca todo el baloncesto que lleva dentro. Puede ser la pieza desequilibrante.

Ojalá entre Rogers y Katsikaris consigan que este equipo crezca lo suficiente como para que, dentro de unos meses, tenga que tirar este papel al fuego purificador de las Fallas. Lo haría encantado. Pero de momento, para mí, somos nada menos -pero nada más- que clase media.

domingo, 9 de diciembre de 2007

El desatascador



Jornada 11 ACB: Pamesa 85 - Menorca 69

Muchas veces los números cantan, pero hoy, en realidad, engañan. Quien se limite, sin más, al resultado de este Pamesa-Menorca, pensará que los de Fotis han vuelto a ganar, fácilmente y en casa, a un rival muy inferior; sin embargo, esa afirmación es absolutamente falaz, ya que Pamesa ha sufrido, y más de la cuenta, para deshacerse de los menorquines.
La locura colectiva que se vivió en el primer cuarto favoreció a los valencianos, que se sintieron cómodos en la anarquía reinante, pero el 23-12 de ese período fue una alucinación. Cuando Casas aleccionó a los suyos y fue capaz de conseguir un baloncesto más controlado, maniató y encorsetó a Pamesa, y los taronja acabaron desquiciados. Eso sí, no tanto como el asesor de imagen de Ratko Varda. Dios mío!
En esa fase del segundo cuarto, Pamesa no seleccionaba bien el tiro, en consecuencia, no anotaba (una canasta en 7 minutos y medio), no conseguía forzar faltas al rival, y tampoco encontraba soluciones en el banquillo. En el minuto 12 Katsikaris ya había hecho jugar a sus 9 jugadores profesionales disponibles (Urtasun incluido), pero -salvo Oliver- ninguno de los suplentes aportó nada al juego: Claver sigue en su línea irregular de toda la temporada; Barac se parecía más al jugador indolente de sus primeros partidos que al center (¿Rebraca?) que el equipo necesita; y Urtasun, con 1 minuto y 24 segundos sobre la cancha, se limitó a perder el único balón que tocó.
Fotis no tuvo más remedio que volver a los de siempre, y ahí encontró de nuevo a Williams para tirar del carro. Shammond usa y abusa del bote, y se excede en lanzamientos en los que no hay compañeros al rebote, pero es capaz, él solito, de sacar al equipo de atolladeros muy profundos. Podríamos decir que es Power Cleaner, el desatascador de Pamesa. Pues bien, él, junto a Douglas (23 de valoración para cada uno), y la compañía de Milojevic y, sobre todo, Miralles en el juego interior, han posibilitado que Pamesa superara el bache, volviera a lucir arriba en el marcador, y se hiciera con su séptima victoria.
Sin duda, sería mejor que las buenas defensas de Pamesa (segundo mejor defensor de la ACB) fueran acompañadas de ataques más fluidos, pero mientras eso no suceda, hay que seguir confiando en especialistas, en desatascadores profesionales, en Williams. Shammond, estamos en tus manos!

martes, 27 de noviembre de 2007

Trampas, toallas y botines



Jornada 4 ULEB: Pamesa 95 - Mariupol Azovmash 77

Se le tenía respeto al Mariupol -colíder de la liga ucraniana-, y se hablaba de partido trampa para referirse al que esta noche disputaban los taronja frente a Archibald, Liadelis y compañía.

Sin embargo, y pese al susto final, Pamesa resolvió a las primeras de cambio. Tras un inicio dubitativo -ya nos tiene acostumbrados-, bastaron 5 minutos de intensidad defensiva y acierto en ataque para romper completamente el encuentro. Un apabullante parcial de 23-5 marcó, en el tramo final del primer cuarto, las insalvables distancias entre unos y otros.

Fue una fase en la que los valencianos atenazaron la escasa creatividad ofensiva del Azovmash -cuyo juego sin balón deja bastante que desear-, y donde la inspiración en ataque desbordó a la pasiva defensa de los visitantes. En estos minutos clave merecen especial mención Douglas y Miralles, ya que entre ambos acumulaban 20 de los 27 puntos de Pamesa, y presumían de 14 puntos de valoración cada uno. La diferencia entre uno y otro radica en que mientras el panameño, a rachas, como siempre, siguió creciendo (21 puntos y 24 de valoración), el catalán, falto de continuidad, terminó ahí su partido.

El encuentro ya estaba en ese momento en la UCI, y se moría definitivamente entre los brazos del Azovmash cuando el luminoso marcaba, al descanso, un significativo 47-26. Pero cuando nadie lo esperaba, Pamesa, a base de relajación defensiva, lo resucitó.

Del anodino intercambio de canastas, claramente favorecedor para los nuestros, pasamos a una situación de evidente intranquilidad: los de Brazys se llegaron a colocar, con más de 4 minutos por jugar, a 7 puntos y con posesión de balón. Katsikaris despertó a los suyos de su inexplicable letargo, y con renovada garra defensiva y unas pocas acciones ofensivas –tres triples de Williams en un minuto son un buen ejemplo-, devolvieron la distancia al marcador final (95-77).

Los valencianos cierran noviembre con un excelente balance de 7-1 (4-0 en la ULEB y 3-1 en la ACB), pero con la sensación de que las complicadas e inminentes visitas a Barcelona y Moscú van a ser las que den la verdadera medida de su nivel. Por su parte, el Mariupol, donde sólo destacó Lang (15 puntos y 25 de valoración), se va de Valencia con una inapelable derrota y, eso sí, con las toallas que ¿compraron? en el hotel, y que lucían orgullosos en su banquillo. Que cada cual escoja su botín.

sábado, 24 de noviembre de 2007

Raro, raro, raro


Jornada 9 ACB: Pamesa 74 - Granada 67

Y si no les gusta la expresión que acuñara en su día el Dr. Iglesias Puga, califíquenlo, al menos, como pintoresco, pero lo cierto es que el partido que ha ganado Pamesa esta noche presenta algunas extrañezas dignas de mención.

La primera peculiaridad se debe a la tan traída y llevada cuestión de disputarse el encuentro en viernes, circunstancia que, a falta de los datos de audiencia televisiva, ha generado más adhesiones que disensos. La asistencia (7.000 almas) ha sido la más elevada del curso 07-08, y ello pese a que el rival no era de los de alta alcurnia.

También resulta anómalo que Pamesa haya tardado 4 minutos y 36 segundos en anotar su primer punto, así como que la primera canasta en juego de los valencianos -un triple de House-, haya llegado a 3´32 de la bocina que marcaba el final del primer cuarto. ¿El motivo? La férrea defensa granadina y, sobre todo, la escasa circulación de balón en ataque, donde las posiciones eran excesivamente estáticas, y la selección de tiro francamente mejorable.

Parte de los males provenían de otro hecho extraordinario: hasta ese momento no había entrado en pista Williams, el alma mater de este equipo, quien dolorido en su tobillo, ha carecido de su descaro y alegría habituales, convirtiéndose hoy en un secundario de lujo.

Podría calificarse de anormal que Pamesa haya ido hasta en 22 ocasiones a la línea de tiro libre (el promedio hasta la fecha era de 16.5), así como que haya tirado más veces de 3 (30), que de dos (29), pero visto el porcentaje de acierto en lanzamientos de dos (un pobre 45%), la elección no ha sido del todo mala.

Verdaderamente inaudito ha sido el numero de escapismo, al más puro estilo de El Gran Houdini, protagonizado por Rebraca. Su no reincorporación al banquillo valenciano tras el descanso ha generado, cuanto menos entre la prensa, un alud de rumores sobre lo que podía sucederle al serbio, que, afortunadamente, no era nada de importancia.

Inesperada ha sido también la contundente reacción de los hombres de Valdeolmillos en el tramo final del encuentro, respuesta achacable a la relajación defensiva taronja, y que, pese a la victoria, ha enfadado enormemente al perfeccionista técnico griego, que quiere continuidad y actitud constante en el juego de sus hombres.

Con esta victoria, y velando armas para intentar el asalto al Palau Blaugrana, Pamesa cierra noviembre en la ACB con un interesante balance 6-3 –lástima el tropiezo en Fuenlabrada-, y con la sensación de que, pese a las lesiones, si se sigue jugando y, sobre todo, defendiendo así, lo raro, raro, sería que no estuviéramos en Vitoria.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Tres bostezos y un tapón


Jorn. 3 ULEB: Pamesa 78 - Anwil Wloclawek 58

Quien dice tres, dice tres mil: uno por cada sufrido espectador que sesteaba esta noche en la Fuente de San Luis; y es que el encuentro, espectacular, lo que se dice espectacular, no ha sido. Tal vez el término soporífero sea excesivo, pero se ajusta bastante a la realidad.

El impronunciable conjunto polaco, que debe haber tenido días mejores, ha sido hoy un simple espectro, el fantasma de todos aquellos conjuntos que, años atrás, pululaban por la ya fenecida Copa Saporta. Incluso me ha parecido ver a Pluta -y eso explicaría su despreciable partido-, arrastrar una pesada bola anclada a su tobillo derecho. Fantasmagórico y todo, el Anwil, más que miedo, daba pena.

Aunque claro, algún mérito habrá tenido Pamesa, que poniendo en práctica el manual de Fotis, ha ejecutado a la perfección el arte de la defensa. Sólo con eso –que no es poco-, le ha bastado para ganar por 20 puntos, recuperar parte del crédito perdido en Fuenlabrada, y darle minutos a los menos habituales.

En todo caso, pese al sopor, un partido de baloncesto siempre deja detalles interesantes: una canasta a aro pasado de Claver, un mate a una mano de Avramov, una asistencia por la espalda de Williams,... De entre todos ellos, en un partido marcadamente defensivo como el de hoy, yo me quedo con un tapón; no, no con uno cualquiera, con la majestuosa chapa que, mediado el segundo cuarto, le ha metido Stanko Barac a Zelimir Zagorac.

El croata, cada vez más integrado, ha exprimido al máximo su gran envergadura para interceptar, de forma limpia y en todo lo alto, una bola que apenas comenzaba a despegar de los dedos del polaco, regalando así a su afición un excelente motivo para salir, siquiera por unos segundos, de su letargo. La impotencia que reflejaba el rostro de Zagorac hace pensar que él hubiera preferido que siguiéramos bostezando.

jueves, 8 de noviembre de 2007

La fuerza de la manada


Jornada 1 ULEB: Pamesa 85 - Skyliners Frankfurt 63

Un grande de la literatura, Rudyard Kipling, escribió en El Libro de la Selva que la verdadera fuerza del lobo está en la manada. Esta ley de la jungla, parafraseada en el mundo del baloncesto por entrenadores como Phil Jackson (o en el del fútbol por Quique Sánchez Flores), ha sido puesta en práctica en la noche de hoy por Pamesa Valencia. Los de Katsikaris han naufragado en los compases iniciales porque, a individualidades, Skyliners tuvo mayor pegada; sin embargo, cuando los locales -que sin duda tienen lobos en sus filas-, han jugado en equipo, han aprovechado sinergias, y se han hecho fuertes en la manada, han deshecho a dentelladas a los lobeznos alemanes.

La manada de Fotis sabe que su fuerza radica en el trabajo defensivo. Así, mientras se dejaron llevar por el ritmo cansino de los visitantes, sestearon en defensa, y permitieron que Allen y Archibong camparan a sus anchas por la pintura, el electrónico les fue esquivo. Hizo falta, una vez más, tirar mano de la solidez defensiva para que los valencianos (es un decir, porque hoy no jugaba ninguno) construyeran, desde atrás y al contraataque -ya era hora-, una nueva victoria, la primera de esta recién iniciada aventura europea.

Frankfurt duró en pie el tiempo que SuperKoko (Archibong) hizo gala de sus superpoderes (el supersalto, por ejemplo) pero, de todos es sabido que los poderes de dicho superhéroe son ficticios, y cuando el nigeriano y Allen, su fiel escudero, se diluyeron, los Skyliners se han venido abajo como un castillo de naipes. Koko Archibong ha sido el mejor jugador del encuentro (16 puntos y 9 rebotes para una valoración final de 22), pero el ariete africano no era arsenal suficiente para derrumbar la muralla levantada por Katsikaris y sus secuaces. Frente al Llanero Solitario, las brigadas taronja han jugado en equipo, en manada, como lo demuestra el hecho de que 5 jugadores (Douglas, Williams, Rebraca, Milojevic y Barac) hayan superado los 10 puntos de anotación, y hasta 7 (los 5 ya citados, más Oliver y House) hayan alcanzado, al menos, los 10 puntos de valoración. No cansaré con más datos, pero basta decir que la valoración conjunta de Pamesa fue de 105 puntos, y la germana de sólo 39 (recuerden que Koko, él solito, ya hacía 22).

No puedo finalizar sin hacer referencia a dos nombres propios, ambos serbios, y cuyas sensaciones deben ser totalmente contrapuestas en la noche de hoy. De un lado Rebraca, que por fin ha debutado en partido oficial con Pamesa, y lo ha hecho a un nivel más que aceptable; estadísticas al margen (10 puntos, 2 rebotes, 1 tapón, etc., para una valoración final de 12 puntos) aporta un elemento intangible pero que resulta fundamental en defensa: intimidación; con Rebraca, y se ha visto hoy, Pamesa va a ser mejor. De otro Avdalovic, que con el partido resuelto y a poco del final, se ha marchado del parqué en camilla, entre sollozos y, más que probablemente, con el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha hecho trizas; sin él Pamesa va a ser, lamentablemente, peor. Ánimo Vule!

Nota: La fotografía es obra de M. A. Polo y está colgada en http://www.pamesabasket.com

domingo, 4 de noviembre de 2007

Sensaciones


Jornada 6 ACB: Pamesa 75 - Gran Canaria Grupo Dunas 51

Sensación de mejoría. La del juego de Pamesa, que se encuentra en constante y evidente crecimiento en las últimas fechas. Los de Fotis, sustentados en una sólida defensa y un ataque más equilibrado que en ocasiones precedentes, han conseguido desterrar los fantasmas de las lesiones, encadenar tres victorias consecutivas, y tomarle, esperemos que de forma definitiva, el pulso a la competición. El único problema a la vista puede ser, dada la doble exigencia semanal que ello conlleva, el inicio, este mismo miércoles, de la Copa ULEB.

Sensación de extrañeza. La que generan, en algunas ocasiones, los cambios de Katsikaris que, a mi juicio, sigue sin dar con el quinteto ideal de Pamesa. Incomprensible me parece la reiterada presencia de House entre los titulares, especialmente si tenemos en cuenta que se produce en detrimento de jugadores como Oliver, Avdalovic o, si me apuran, Claver, que están dando mejor rendimiento. Esa misma sensación de extrañeza es la que debe tener Urtasun, a quien el griego no da bola ni siquiera en los minutos de la basura.

Sensación de vivir. La de Stanko Barac, quien tras acumular, uno tras otro, registros negativos en sus tres primeros envites con la casaca taronja, hoy ha demostrado que puede tener sitio en este equipo y, por ende, en la ACB. Sus 13 puntos, 7 rebotes, 2 asistencias y 2 tapones le han convertido, con una valoración final de 17, en el mejor jugador del encuentro. Pese a ello, al croata le queda mucho camino por recorrer, pues un jugador de su envergadura no puede ser tan tierno en tareas defensivas, ni permitirse el lujo de no provocar una sola falta personal en la pintura rival.

Sensación de ahogo. La de Gran Canaria, que ya había sufrido insuficiencia respiratoria durante el primer cuarto (12 puntos), y que se asfixió por completo en la última fase del partido. Una gran defensa de Pamesa estranguló todas las opciones de los amarillos que, con un paupérrimo bagaje de 3 puntos en 10 minutos, vieron como su desventaja crecía desde los 6 puntos en el minuto 30, hasta los 24 que reflejaba el electrónico cuando se fueron a la ducha.

Sensación de alivio. La de Martín Bertrán, Redondo y Castillo, quienes tras la monumental bronca que les dispensó la grada en el tercer cuarto del encuentro (la antideportiva a Williams influyó bastante), tuvieron la fortuna de ver cómo la holgada victoria final de los de casa les desplazaba del punto de mira del público.

Y, por último, sensaciones agradables. Las de la afición, que por primera vez en esta temporada vibró con su equipo y se implicó en el devenir del partido. Además, el triunfo de esta mañana frente a Gran Canaria debe suponer el primero de un mes de noviembre que perfectamente podría solventarse con un pleno, ya que el resto de rivales (Fuenlabrada, Valladolid y Granada) deben ser víctimas propiciatorias de un equipo que aspira a clasificarse, cuanto antes mejor, para la Copa a disputar en Vitoria. Llegar a Barcelona -primer fin de semana de diciembre- con una serie 7-2 sería una gran noticia para todos. Que así sea!

domingo, 21 de octubre de 2007

Con C de carácter

Jornada 4 ACB: Pamesa 75 - Unicaja 65

Lo ha dicho Fotis al finalizar el partido, y al griego no le falta un ápice de razón: si Pamesa se ha impuesto esta noche a Unicaja ha sido, únicamente, por carácter. Sólo los arrestos, la bravura, los c..., digo, el carácter, han permitido que el equipo taronja, pese a sus malos porcentajes de tiro, sacara adelante un encuentro que puede resultar de vital importancia en sus aspiraciones coperas.

Los de Katsikaris se presentaban a su cita de hoy como víctimas propiciatorias del juego interior de Unicaja, pero los malagueños no han podido explotar su teórica superioridad en la pintura. La defensa azulejera, muy cerrada y con muchas ayudas, ha sido capaz de maniatar -para desesperación de Scariolo- a Santiago, Haislip y Ndong, que no han rendido al nivel esperado; por su parte, Germán Gabriel, solidarizado con la causa taronja, se anuló por sí mismo. Si, a lo ya apuntado, le añadimos que Unicaja dejó escapar hasta 18 rebotes en su aro, perdió 16 balones, y no estuvo certero en el lanzamiento exterior (27% en triples, para un total de 4 anotados), entenderemos sus paupérrimos 65 puntos en 40 minutos de juego y, con ello, su inapelable derrota.

Sin embargo, todo lo anterior no significa que Pamesa haya hecho un gran partido. Los valencianos, cuyo juego dista mucho de ser brillante, han defendido bastante bien, han forzado pérdidas del rival, han recuperado balones, y han explotado el rebote ofensivo, pero siguen excesivamente espesos y desequilibrados en el juego ofensivo. Los pívots, los pocos que tenemos, juegan excesivamente alejados del aro, dificultándose así que puedan anotar canastas fáciles o forzar personales al rival. Hoy, entre Barac, Miralles, Milojevic, Timinskas y Claver (es decir, medio equipo), han anotado un total de 18 puntos y han recibido 3 (sí, sí, 3) faltas personales. De hecho, de estos cinco jugadores, sólo uno (Miralles) ha ido a la línea de tiros libres, y lo ha hecho en una sola ocasión, fallando, además, su lanzamiento.

La pregunta es: y pese a todo, ¿cómo ha ganado Pamesa el partido? La respuesta es sencilla: un poco del contraataque, y un mucho de la inspiración de Douglas y Williams en el lanzamiento desde más allá de la línea de 6´25.Vivir del triple es una solución tan digna como cualquier otra, pero hay que saber que quien a triple mata, a triple muere, y lo mismo que hoy a Pamesa le han entrado y a Unicaja no, otro día puede suceder lo contrario. Fotis debería trabajar para conseguir equilibrar su ataque, mejorar su juego interior, y no depender, casi exclusivamente, de la larga distancia.

Pero el entrenador heleno tiene otra ardua tarea por delante y es la de establecer un quinteto tipo en su equipo. Yo creo que, hoy por hoy, ni los jugadores, ni los aficionados, ni el propio Fotis, sabemos cuál es el quinteto inicial (y final) de Pamesa. Está muy bien que cualquier jugador pueda salir de inicio, y que cualquiera pueda disputar los “minutos calientes” de un partido, pero lo que no tengo tan claro es que no haya una columna vertebral sólida sobre la que fundamentar el equipo, ni que se deba rotar a los jugadores de forma tan continua y desconcertante como se está haciendo en estos partidos. Hoy, por ejemplo, Barac, que fue titular y jugó el primer cuarto completo, no volvió a aparecer –y para disputar 1 mísero minuto- hasta el último cuarto; es cierto que el croata no está centrado y no tuvo su mejor día (1 de 8 en tiros de 2, y -3 de valoración) pero, entonces, ¿por qué es titular? o, en su defecto, ¿por qué juega el primer cuarto completo si lo está haciendo francamente mal? Algo parecido sucede con House, que sin haber demostrado nada desde su llegada, ha salido hoy de inicio en detrimento de, por ejemplo, Oliver, que en sólo 9 minutos ha anotado 9 puntos, y ha cambiado el ritmo del encuentro. Urtasun, pobre chaval, ha aparecido sobre el parquet, ahí es nada, 9 segundos. Hasta el tipo del jueguecito de Orange, pese al lamentable espectáculo del presentador, se ha lucido más que el bueno de Alex.

Queda una semana por delante –con descarte incluido, porque vuelve Rebraca- para seguir trabajando antes de visitar a Estudiantes, otro rival directo en la lucha por la Copa, y otro partido al que, como al de hoy, a falta de buen juego, habrá que echarle c..., digo, carácter, que también empieza por C.

domingo, 14 de octubre de 2007

Estados de ánimo

Jornada 2 ACB: Pamesa 88 - Ricoh Manresa 80

Decía Valdano que el fútbol es un estado de ánimo, y yo estoy en condiciones de afirmar, después de lo visto esta mañana en la Fonteta, que el baloncesto también puede serlo. Pamesa no ha resuelto el partido a su favor por haber jugado mejor que su rival sino, simplemente, porque durante los dos últimos cuartos ha tenido más confianza, más autoestima y más fe en sus posibilidades de la que ha esgrimido Manresa; de no haber sido así, ahora estaríamos hablando de un desastre sin paliativos.

Y el desastre pudo llegar, porque los de Fotis, marcados por las bajas de Garcés y Rebraca, comenzaron nerviosos, dubitativos, faltos de agresividad en defensa y poco acertados en ataque. Por el contrario, Ricoh Manresa se crecía con los aciertos propios –sobre todo de Asselin-, pero también con los errores –que no eran pocos- de los valencianos. Cuando, mediado el segundo cuarto, Espil ha enganchado dos triples consecutivos y ha puesto el 23-39 en el marcador, sólo Aitor Pilán creía en la remontada.

Y tenía motivos para ello. Pamesa fue ganando, poco a poco, solidez defensiva y solvencia atacante. Cada rebote, cada robo, cada canasta era una dosis extra de confianza para los valencianos que, de forma paulatina, abandonaron su inquietante disfraz de Mister Hyde, para recuperar el más sereno y equilibrado papel de Dr. Jekyll. En contrapartida, cuanto más fuerte se sentía Pamesa, más hundidos andaban los hombres de Ponsarnau, que veían como su inexperiencia en la ACB les dejaba sin una victoria que tenían encarrilada.

De esta forma, y pese al pobre juego exhibido en buena parte del encuentro, Pamesa ha saldado con éxito su primer envite en casa. La duda que albergo ahora es si el estado de ánimo, si la confianza en sus posibilidades, o si el acierto desde más allá de la línea de 6´25, serán argumentos suficientes para afrontar una complicada semana en la que los rivales no van a ser, precisamente, novatos en la ACB. Miralles –pese a su buen partido de hoy-, Milojevic y un renqueante Rebraca, no parecen suficiente arsenal como para hacer frente al juego interior de Akasvayu y Unicaja. Contra Manresa la actitud puede ser suficiente. Frente a otros... tiempo al tiempo.

viernes, 5 de octubre de 2007

Noche de (des)ilusión

Partido presentación: Pamesa 69- Granada 68

La ilusión. Los rutilantes fichajes de Rebraca, Williams y, en menor medida, House; la continuidad de otros insignes de la canasta como Avdalovic, Milojevic, Oliver o Timinskas; y la esperada consagración de Víctor Claver, gran esperanza blanca de este equipo, hacen de Pamesa (o, al menos, eso creo) un bloque lo suficientemente sólido, equilibrado y experimentado como para que sus aficionados se muestren ilusionados ante la nueva temporada que está a punto de arrancar.


La desilusión. Sin embargo, los 6.000 aficionados que acudieron anoche al partido/fiesta de la Fonteta, se marcharon a casa con cierto sabor agridulce, ya que sus expectativas no tuvieron reflejo en el anodino –Fotis, me aburro- juego de su equipo.

La victoria de anoche, otra vez por la mínima (69-68), no puede ocultar que Pamesa no está rindiendo al nivel que debería. Los hombres de Valdeolmillos, con la voluntad y el orden como únicas armas, tuvieron a los de Katsikaris contra las cuerdas, pudiendo Pecile haberlos noqueado si hubiera sabido gestionar adecuadamente la última posesión. Y hubiera sido una pena, porque Pamesa, aunque ayer no los exhibiera (38% en tiros de dos, y 33% en triples), cuenta con los suficientes recursos baloncestísticos como para haber finiquitado el partido mucho antes, sin necesidad de sufrir hasta la bocina final para doblegar a un Granada que no pertenece, ni mucho menos, a la aristocracia de la ACB.


La esperanza. Pese a todo, no hay que dramatizar, pues simplemente estamos juzgando un amistoso, disputado con el consiguiente carrusel de cambios y ambiente distendido que un partido de estas características conlleva.

Además, el equipo defendió de forma aceptable (y ya se sabe que los partidos se ganan en defensa), y uno de los refuerzos Williams, con 15 puntos anotados y 24 de valoración, rayó a buen nivel. Esperemos que, una vez metidos en competición, el equipo sepa estar a la altura y rinda como debe ya que, aunque no va a ser fácil, hay mimbres para soñar. Primer objetivo: Vista Alegre. ¿Quién dijo miedo? El verdadero espectáculo está a punto de empezar.