jueves, 20 de noviembre de 2008

El nuevo Pamesa vence a un grande en horas bajas (82-66)

Lo apuntó en Málaga y se ha confirmado esta noche en la Fonteta: Spahija, en tan sólo 10 días, ha cambiado al Pamesa. El giro no ha sido de 180 grados -tampoco era necesario- pero sí de la suficiente magnitud como para que, en Valencia, el futuro baloncestístico se vea de otra manera. Con sólo dos dosis de medicamento croata, el público -que poblaba de manera más abundante de lo habitual las gradas- revivió y vibró como no lo hacía desde la época de Montecchia, Oberto y Tomasevic.

Pamesa, que sigue defendiendo con la misma o mayor intensidad, ha cambiado, básicamente, en su forma de afrontar el ataque. Ahora mira el aro mucho más de cerca, juega más con los pivots -se vuelca en ellos- y, sobre todo, trata de equilibrar su juego interior-exterior, situación que no se producía con Fotis. Lógicamente, no siempre se aplican las recetas de Spahija y todavía hay momentos en que la tentación del triple fácil inflama las mentes de los valencianos -sobre todo la de Douglas-, pero todo lo dicho se resume en que de los 25 puntos que anotaron los azulejeros en el primer cuarto, 18 provenían del poker interior: Claver, Miralles, Kuqo y Perovic. La novedad es más que evidente.

Por su parte, el Madrid vagó durante muchos minutos de la primera parte por el parqué sin encontrar un ritmo que le conviniera. Sólo la aparición de Hosley -en el primer cuarto- y la de Llull -en el segundo- animó un poco el ataque blanco, demasiado previsible para la infatigable zaga taronja. De hecho, en algunas fases del segundo cuarto los madridistas, sin Sánchez ni Papadopoulos, fueron 15 puntos abajo, desventaja que mitigaron a base de tiros libres al borde del descanso (44-35).

El inicio del tercer cuarto fue de muchos errores e imprecisiones por parte de ambos conjuntos, pero también del trío arbitral. En casi 5 minutos el parcial era un pírrico 4-4 y tanto el público como los propios jugadores estaban soliviantados con los colegiados. Pamesa comenzó a errar cerca del aro y buscó, de nuevo, el recurso del triple; no funcionó. El Madrid, una sombra de sí mismo, no conseguía remontar y sobrevivía a base de escasas jugadas de calidad de Felipe Reyes. Esa dinámica varió en el tramo final del cuarto: los de Plaza, muy tocados (el rictus de Alberto Herreros era un poema) seguían sin encontrar el camino; Pamesa con dos triples de Douglas y otro de Williams y la técnica sancionada a Massey dieron un acelerón casi definitivo (67-46). En ese momento, la valoración de Pamesa era 80 (con 5 jugadores por encima de los diez puntos); la del Real Madrid, 37 (y sólo con Hervelle en diez puntos).

El último cuarto no tuvo historia. Pamesa, cada vez más convencido de su victoria, no hizo más que mantener su distancia –matizada en los dos últimos minutos- ante un Real Madrid que vagaba como alma en pena por la Fuente de San Luis y que sólo cuando ya estaba decidido el partido maquilló el resultado. En resumen, Pamesa es otro; el Madrid, el de toda la temporada. Y, lo siento, pero creo que Fotis ha reservado un asiento para Plaza. Tiempo al tiempo.

Ficha Técnica

Fuente de San Luis (Valencia). 8.000 espectadores

Parciales: 25-16 / 19-19 / 23-11 / 15-20

Pamesa Valencia (82): Williams (17), Martínez (1), Claver (8), Miralles (14), Perovic (15) -quinteto inicial-, Douglas (12), Avdalovic (0), Oliver (11), Pietrus (0), Kuqo (4). Sin eliminados

Real Madrid (66): López (3), Bullock (13), Mumbrú (9), Hamilton (5), Reyes (12) -quinteto inicial- Massey (6), Hosley (6), Hervelle (5), Tomas (0), Llull (7), Papadopoulos (-). Sin eliminados

Árbitros: Martín Bertrán, Redondo y Munar

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