miércoles, 12 de diciembre de 2007

Clase media



Siendo cierto que Pamesa está cumpliendo un digno papel en lo que llevamos de temporada, me queda la sensación de encontrarme ante un equipo que habita en la clase media (media-alta si se quiere) de nuestro baloncesto. Puede que ante esta afirmación algunos me tachen de agorero y se lleven las manos a la cabeza, pero ahí van mis argumentos.

Es verdad que el equipo está invicto en casa, pero los de Fotis se han enfrentado a rivales inferiores (Manresa, Canarias, Granada y Menorca) o en horas bajas (Málaga). La verdadera fuerza de este equipo en su propio feudo no puede ni debe medirse hasta que no lleguen a la Fonteta rivales de alta alcurnia, siendo el Tau -12 de enero- el primero que presentará sus credenciales.

Por el contrario, Pamesa no está rindiendo a domicilio, siendo únicamente capaz de profanar pabellones propicios como el Pisuerga de Valladolid, o el Madrid Arena del irreconocible colista Estudiantes. Las visitas a rivales de cierta enjundia (Madrid, Girona y Barça) se han saldado con derrota y, además, el Fernando Martín de Fuenlabrada fue, contra pronóstico, testigo de la derrota más inesperada de lo que llevamos de temporada.

La línea trazada en ACB -prácticamente idéntica a la de la ULEB-, no ofrece dudas: Pamesa -salvo en Fuenlabrada- solventa con cierta comodidad sus partidos contra rivales teóricamente inferiores pero, pese a tener opciones, cae derrotado frente a los de nivel presumiblemente superior. Sin desviarnos de ese camino, los taronja acabarán la primera vuelta de Liga con 10 u 11 victorias: las 7 que ya tenemos, más las de casa frente a León, Murcia y Sevilla y, tal vez, aunque se antoja complicado, la de Bilbao. Sin duda, sería bagaje suficiente para asegurarnos plaza en la Copa, pero no para ilusionarse con el papel a desarrollar en Vitoria.

También es verdad que las lesiones han castigado cruentamente a Pamesa, pero analicemos cada una de ellas. En lo que respecta al juego exterior, la ausencia de House -que no ha justificado hasta la fecha su fichaje por Pamesa-, no parece significativa, mientras la lesión de Vule sí puede computarse como un verdadero problema por todo lo que suele aportar el serbio; pese a que Williams, Douglas y Oliver están rindiendo a buen nivel en esas posiciones, no estaría de más -cortando a House, si fuera necesario-, reforzar dicha zona, tal y como pide Katsikaris. En la pintura, el posible rendimiento de Rebraca era una incógnita, y el músculo de Garcés todo sabemos lo que puede dar de sí; a cambio, llegó un prometedor Barac, y hemos visto crecer a Miralles -que se siente más protagonista-; como el panameño está presto para su incorporación, la clave pasa por conseguir que Rebraca se parezca al center que fue o, en su defecto, buscarle un sustituto de garantías que se convierta en una referencia bajo los tableros.

Junto a la búsqueda de nuevos jugadores, tarea encomendada a Rogers, ¿qué más necesita Pamesa? Básicamente, que el equipo, además de defender -que lo hace mucho, y bien- ataque de forma equilibrada, con menos triples, más juego interior, y forzando más faltas personales al rival. Para alcanzar dicho equilibrio es necesario, evidentemente, fortalecer la línea interior, pero con Miralles, Garcés, Rebraca, Barac y las ayudas de ala-pívots como Milojevic, Timinskas y Claver, puede conseguirse. Tarea para Fotis. Por último, el griego ha de conseguir que Víctor Claver, el hombre más versátil y prometedor con el que cuenta, se enganche definitivamente a la dinámica de este equipo y ofrezca todo el baloncesto que lleva dentro. Puede ser la pieza desequilibrante.

Ojalá entre Rogers y Katsikaris consigan que este equipo crezca lo suficiente como para que, dentro de unos meses, tenga que tirar este papel al fuego purificador de las Fallas. Lo haría encantado. Pero de momento, para mí, somos nada menos -pero nada más- que clase media.

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